El economista descartó la posibilidad de aplicar una dolarización en la actualidad y estimó una inflación de 135% para 2023. ¿Qué dijo sobre el FMI?.
El economista Miguel Kiguel aseguró que en la actualidad no hay un ancla para bajar la inflación «porque no hay un programa» por eso es «muy difícil que se pueda bajar». En diálogo con Laura Luz Ojeda, estimó que la inflación de abril se ubicará entre el 7,5% y el 8% y que a la fecha la proyección para el 2023 arroja una suba del 135%; criticó la idea de la dolarización que propone el precandidato Javier Milei y la recompra de bonos que encaró Economía.
Asimismo consideró que el desdoblamiento del tipo de cambio «no es una solución pero mejora mucho la situación», advirtió que el FMI va a ser «más duro con el próximo Gobierno» pero con un escenario más alentador para la economía ya que el 2024 «debería ser un buen año para la Argentina» y para el 2025 y 2026 los números serán aún mejores».
Para Kiguel «lo que complicó todo fue una inflación en marzo más alta de la que se esperaba» y advirtió que el Gobierno tiene dificultad para revertir el escenario ya que «no hay un ancla, no hay un programa para bajarlo, no lo hubo nunca».
«Creemos que el IPC de abril puede estar ligeramente por encima del de marzo, algún número entre 7,5 y 8% pudiendo estar más cerca del 8%. Y para el año está complicado. Me parece muy difícil que hacia adelante se pueda bajar la inflación porque ya tiene una dinámica. La economía se está indexando y los ajustes son cada vez más seguidos, eso le agrega leña al fuego», dijo.
Y agregó que «cualquier shock inesperado que la sube tiende a perpetuarse. Es una carrera que no termina nunca y en el mejor de los casos lo que conviene es que siga por acá. Lo importante es que no se escape a los dos dígitos. Va a depender de que se puedan seguir sacando conejos de la galera y para el próximo Gobierno va a ser muy difícil».
Respecto de la suba del dólar informal consideró que «es muy difícil frenar al dólar si no tenés dólares». «Tenías pocos y se rifaron con la recompra de deuda, que no se a quién se le pudo ocurrir esa genialidad porque lo único que logró fue perder plata. Fue un error. La idea era que podía ayudar a dar vuelta la dinámica de los precios de los bonos, del riesgo país y ocurrió todo lo contrario. Desnudó que el Banco Central que se quedó desnudo de dólares», indicó.
Apuntó contra la idea de dolarizar la economía que propone el precandidato Javier Milei. «Es magia. Hoy en Argentina no tiene sentido, es una ilusión óptica. La gente está pidiendo a gritos que se le den soluciones mágicas y a alguien le surgió esta idea. No entiendo a quien se le ocurre hablar de dolarización cuando no hay dólares. Hoy el BCRA tiene más deudas que dólares. Yo pelearía por tener nuestra propia moneda».
Apuntó a que el Banco Central debería haber reaccionado antes. «Con una tasa más alta antes hubiera habido menos riesgo de una corrida» dijo y aseguró que «el tipo de cambio porque está totalmente atrasado. Es un secreto a voces».
«No hay forma de subir las reservas mientras esto siga así. Nos vamos a gastar los 5000 millones de dólares del swap con China, toda la plata de los desembolsos el BID, del Banco Mundial y la CAF o quien desembolse plata para la Argentina y seguimos perdiendo dólares. La perspectiva luce muy fea», consideró.
Advirtió que «en un escenario así no tiene sentido perder dólares para que la gente viaje a EEUU, Uruguay o Europa. No se debería perder un dólar de eso. Lo mismo con algunas importaciones. Rubinstein ha dicho públicamente que está a favor de un desdoblamiento, no se si Massa piensa lo mismo. El FMI entiende que algo hay que hacer. Un desdoblamiento del tipo de cambio no es una solución pero mejora mucho a situación. El problema es que se puede hacer de mil maneras distintas».
«El FMI dijo en su último informe que quiere alguna modificación en el régimen cambiario. No dijo desdoblar pero entre líneas está diciendo esto no me gusta, no funciona y también lo que dice es ‘no te puedo dar plata para que los regales’, creo que algo se tiene que hacer», explicó.
Respecto de la economía estimó que este año «va a caer como mínimo 4,5% aunque es cierto que la economía no está completamente parada». Este comportamiento para Kiguel se explica en la situación del campo efecto de la sequía y en el cepo «que está frenando la provisión de insumos».
En cuanto al acuerdo con el FMI aceptó que no se trata de «un acuerdo típico» de lo contrario dijo «pediría devaluación, un ajuste muy grande en el déficit fiscal, mayor suba de la tasa de interés y que se aplique una política monetaria contractiva, reformas estructurales. Es un acuerdo extremadamente light que ayudó al plan aguantar».
Sin embargo advirtió que «el Fondo va a ser más duro con el próximo Gobierno».
Kiguel aseguró que de aplicar las medidas adecuadas se puede ordenar la economía en un plazo relativamente corto. «Hay varios niveles, uno es encaminar la macro, esa es la primera parte y se puede hacer en los primeros seis meses del próximo Gobierno. Después habrá que ver si se puede bajar la inflación de manera significativa, hay ideas para eso. Es un desafío posible. Una segunda parte que es más importante pero no tan fácil como ésta es empezar a crecer y bajar la pobreza, mejorar la distribución ingreso. Ordenar la macro y bajar la inflación es la base del edificio, la segunda parte lleva más tiempo».
No todo es negativo en el escenario económico de Kiguel. «Creo que el año que viene debería ser un buen año para la Argentina, primero porque vamos a recuperar el crecimiento, algo, no mucho, pero vamos a crecer. Hasta 2025 es un período que lo llamo «de pasar el desierto. Si pasamos el desierto del otro lado hay un valle fértil que está ahí esperándonos: 20.000 millones de dólares más de las exportaciones de agro, ya el año próximo probablemente haya 10.000 millones más de exportaciones de gas y petróleo; más lo que te puede mejorar por litio y otros proyectos».
«Si miro al 2025 o 2026 los números son aún mejores. Hay que pasar este desierto. Si llegamos más o menos en un pieza, es decir enteros, las perspectivas para mediano plazo son buenas. La oposición tiene una idea clara de lo que se puede hacer. Por primera vez en muchísimos años tenemos la posibilidad de avanzar», concluyó.