Tormenta económica, tormenta social, tormenta de inseguridad, tormenta educativa, tormenta electoral y como si fuera poco una tormenta climática.
Todo parece ser poco para derrumbar el potencial de la Argentina.
La economía ha logrado en 7 meses alcanzar el índice de inflación proyectado para todo el 2024, devaluó la moneda, más de 22% sólo en el día posterior a la elecciones, los precios de los productos subieron y siguen subiendo un mínimo del 20%, hay faltantes de productos, de medicamentos, no se importaron autos en los últimos dos meses, se mantiene la emisión monetaria, las tasas superan el 200%, las reservas están en -10.000 millones de dólares y la lista sigue.
El aumento de las jubilaciones se vió esmerilado en un suspiro.
Seguimos incumpliendo con el FMI y el plan está atado a que se elija al próximo presidente de los argentinos.
Otro punto de crisis. Las elecciones PASO dejaron un terremoto en Argentina. Milei arrasó con más del 30% de los votos y las fuerzas dominantes quedaron desdibujadas.
Algunas de las razones que explican ese voto además del convencimiento de parte de sus votantes es el hartazgo al incumplimiento de la política tradicional, el cansancio a la inseguridad con la que se vive, el no llegar a fin de mes, al estado de violencia, a la grieta, a la falta de futuro de los jóvenes porque no pueden aspirar a un auto o a una vivienda, al nivel de pobreza, a la enorme cantidad de planes sociales, a los piquetes y en este caso también la lista puede seguir…