El Gobierno deja una economía explotada y quien la herede recibirá los restos del huracán de errores que fueron los cuatro años de Alberto Fernández en la Casa Rosada y los despojos de una campaña única.
El camino recorrido entre las PASO y la elección del 19 de noviembre dejó una catarata de anuncios que lejos de ayudar, empeoraron el déficit del Tesoro y le agregan tensión al ordenamiento fiscal que tanto necesita la Argentina.
Sólo los anuncios de los cambios en Ganancias y el compre sin IVA implicaron un incremento del déficit fiscal del 1,84% según la oficina de Presupuesto del Congreso.
A ello debe sumársele los bonos para beneficiarios de planes sociales, los créditos a tasa subsidiada, el efecto del congelamiento de los precios y también los extras para jubilados que siguen generando un aplanamiento de la pirámide previsional.
Como si fuera poco las promesas de campaña van más allá de las fechas de las elecciones. Sergio Massa se comprometió este viernes 10 de noviembre a darles más bonos en enero y febrero de 65.000 y 70.000 respectivamente. Más gastos para una economía detonada.
Desde el Gobierno apuntan al FMI como uno de los responsables del escenario borrascoso que impactó en las PASO demorando la aprobación de las revisiones y crece la ira oficial contra el organismo que dejó trascender esta semana que el directorio endureció la posición sobre la Argentina por el efecto del Plan platita. Sí, hay enojo con ese mismo FMI con el deberá sentarse a negociar un nuevo acuerdo quien asuma el próximo 10 de diciembre.
El candidato libertario Javier Milei no está mucho mejor en estos días. El principal negociador con el establishment americano incluido el FMI, Juan Nápoli, se vio envuelto en denuncias de amenazas de una abogada joven y atractiva con la que mantuvo una relación extra matrimonial. Por esto se vio con mayor presencia mediática a Guillermo Franco, quien dejó su puesto en el BID para sumarse a los asesores de La Libertad Avanza
Queda apenas una semana para que se defina el presidente y de ambos lados reconocen que la carrera es sanguinaria. Hay acusaciones cruzadas de campaña sucia. Una campaña en la que compiten el aparato tradicional con sus arcas bien alimentadas de aportes, sumado que en este caso el candidato ha tomado todas las acciones de Gobierno para su estrategia de propaganda, versus la modernidad y el vale todo de las redes.
Para mitigar el impacto de este recorrido final los equipos han reducido al mínimo los contactos con la prensa de los candidatos. Desde el oficialismo apuntan al trato poco condescendiente de los periodistas no amigos que enfrentó en los últimos días. La idea no funcionó tal lo planeado y los últimos actos son sin prensa y con transmisión oficial.
Milei se expone en lugares más abiertos pero canceló compromisos de agenda para enfocarse en el debate. El recorrido final será en Córdoba, territorio hostil para el peronismo y clave para la oposición.