El organismo internacional compartió su informe sobre «Perspectivas de la Economía Mundial» y consideró que la inflación seguirá en aumento a corto plazo.
En medio de la suba indiscriminada de precios y una economía de incertidumbre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) compartió este martes su informe sobre «Perspectivas de la Economía Mundial», donde vaticinó que la economía argentina caerá un 2,8% en 2024.
Es un dato curioso ya que en el informe anterior aseguraban que se daría ese mismo porcentaje, pero en positivo. Es decir, que la economía crecería un 2,8%. No obstante al cambio de pronóstico, sí dijeron que para 2025 la situación macroeconómica del país mejoraría: prevén un avance del 5% del Producto Bruto.
«La revisión del pronóstico para 2024 se debe al crecimiento negativo de Argentina en el contexto de un ajuste significativo de la política económica para restablecer la estabilidad macroeconómica», afirmó.
Sobre, quizás el índice que más preocupa al Gobierno y a los argentinos, la inflación, el organismo dijo que «se espera que la realineación de los precios relativos y la eliminación de los antiguos controles de precios, la última depreciación de la moneda y su traspaso a los precios hagan subir la inflación en el corto plazo».
Por su lado, a nivel global, las proyecciones del Fondo indican que habrá un crecimiento del 3,1% en 2024 y en 3,2% en 2025, 0,2 puntos por encima de los cálculos de octubre. La mejora se vincula con una resiliencia mayor de la esperada en Estados Unidos y en varias economías de mercados emergentes, así como al estímulo fiscal en China.
Sin embargo, las previsiones para estos dos años son inferiores al promedio histórico de 3,8% (para el período 2000–2019).
Para América Latina y el Caribe, el informe vaticinó un PBI en caída del 1,9% este año; para Brasil, principal socio comercial de la Argentina, habrá un crecimiento económico del 1,7%.
Además, pronosticó que el nivel general de inflación a escala mundial descenderá a 5,8% en 2024 y a 4,4% en 2025.
Y concluyó: «En muchos casos, visto que la inflación desciende y las economías están en mejores condiciones para absorber los efectos del ajuste presupuestario, es preciso prestar una atención renovada a la consolidación fiscal con el fin de restablecer la capacidad presupuestaria y poder abordar shocks futuros, recaudar ingresos para nuevas prioridades de gasto y frenar el incremento de la deuda pública».