Reclaman su «inmediata eliminación». En ese sentido, consideraron que «subsidiar la oferta en lugar de dirigir el subsidio a los que realmente pueden necesitarlo es un error doble, porque la realidad nos muestra una y otra vez que ese sistema fracasa».
La Cámara de la Industria Molinera (CIM) sostuvo hoy que el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA) que impulsa el Gobierno «es una herramienta inútil que fracasó», por lo cual reclamó su «inmediata eliminación».
El fideicomiso en cuestión fue creado en marzo de este año a raíz de la guerra en Ucrania, que disparó las cotizaciones de ese cereal. Ese fondo es financiado con dos puntos porcentuales de las retenciones cobradas a la harina y aceite de soja, con el fin de subsidiar el precio de la harina en el mercado local.
La CIM consideró que «subsidiar la oferta en lugar de dirigir el subsidio a los que realmente pueden necesitarlo es un error doble, porque la realidad nos muestra una y otra vez que ese sistema fracasa, es ineficiente y dilapida valiosos recursos del Estado».
La entidad señaló, en un comunicado, que tal como sucede con cualquier intervención de los mercados, la situación creada por el fideicomiso «ha ido en desmedro de una competencia sana, creando graves distorsiones y bruscos cambios relativos, generando también graves alteraciones en la cadena de pagos, en una desigual batalla por sobrevivir en un mercado donde conviven empresas con precios que, sin considerar el supuesto subsidio a percibir, serían claramente predatorios».
Además, señaló que la industria molinera en su conjunto «se maneja con márgenes muy pequeños de rentabilidad, que nunca superan el 4 o 5% anual y tiene una capacidad instalada sin utilizar que ronda el 50%».
En esas condiciones, advirtió que a la mayoría de la industria «le resulta imposible ingresar a un sistema que le exige financiar su producción y que, en caso de cualquier atraso en los pagos por parte del Estado, le ocasionaría lisa y llanamente una súbita descapitalización y entrar en cesación de pagos, asumiendo un riesgo desmesurado que terminaría en la pérdida de fuentes laborales».
Esos atrasos, según CIM, «no son una fantasía ni una suposición, sino que se verifican hoy con la falta de pago a partir de mayo respecto a los pocos molinos que accedieron a ingresar al FETA, cuya situación se encuentra comprometida por la existencia de importantes demoras en el cobro de lo adeudado por el Estado».
«Si el Estado sabe bien que la harina tiene una muy baja incidencia en el precio del pan, no logramos entender porque se empeña en distorsionar el mercado con el Fideicomiso, en lugar de –en todo caso- orientar sus escasos recursos a subsidiar la demanda de sectores vulnerables que realmente lo necesitan», se quejó la entidad.
Nota original de Noticias Argentinas.