Si algo conoce a la perfección es disrumpir. Javier Milei lo hizo de chico, de grande, siendo economista, panelista y ahora presidente. Está en su génesis. No dudó en demonizar a sus padres en cámara en el pasado, tampoco en hablar de sus gustos íntimos sobre las prácticas tántricas en la intimidad.
Como si no estuviera en su sangre ahora además cuenta con el impulso de los vientos libertarios en varios territorios del mundo y así lo dejó demostrado en Davos.
En su exposición de casi 30 minutos en el Foro Económico Mundial el presidente Javier Milei habló de la ideología woke. ¿De qué diría Doña Rosa? Es sobre la corriente que promueve tomar de conciencia sobre las injusticias sociales y políticas, especialmente en temas como el racismo, la igualdad de género, los derechos LGBT+ y el cambio climático.
Pero no sólo eso, acusó a espacios como el Foro (donde se reune la creme de la creme empresarial, financiera y política) de promover esas agendas que para decirlo en términos más amigables han perjudicado la evolución de los países.
Como es ya un clásico le pegó a los medios de comunicación, los mismos que hoy transmiten casi sin cuestionar las decisiones del Gobierno.
Apuntó a temas de género y a la agenda climática.
Además elevó y defendió la figura de Elon Musk y su polémico saludo al quedar a cargo de Maga, el área de gobierno de los Estados Unidos similar al ministerio que lidera Federico Stirzenegger en Argentina y que también tiene el concepto de motosierra como mantra.
Resaltó los aires de cambio de Meloni, de Bukele, de los Estados Unidos, entre otros.
Milei lo hizo otra vez, está en su sangre.
