Siete de cada diez compradores eligieron sus propiedades con ayuda de la IA

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La inteligencia artificial está reconfigurando la industria inmobiliaria. Lo que hace pocos años parecía un experimento tecnológico, hoy marca una diferencia competitiva real en las principales ciudades del mundo.

Según estimaciones de SoftKraft, alrededor del 36% de las empresas inmobiliarias globales ya utilizan alguna forma de IA, y se espera que ese porcentaje alcance el 90% hacia 2030, en línea con la acelerada digitalización del sector.

En América Latina, la adopción avanza principalmente en automatización de tasaciones, marketing y experiencia del cliente, mientras que en Argentina empieza a consolidarse en tres frentes: análisis de datos, eficiencia operativa y generación de contenido automatizado.

En el plano local, las grandes ciudades como Buenos Aires, Córdoba y Rosario son donde más se testean tecnologías avanzadas en real estate, tanto por la densidad del mercado como por los recursos disponibles para inversión tecnológica.

En Argentina se observa una creciente oferta de soluciones proptech con IA, desde startups que automatizan reportes hasta plataformas que socavan los modelos tradicionales.

En el plano local, algunas compañías del sector ya muestran resultados concretos. RE/MAX Premium, por ejemplo, utiliza modelos internos para predecir la rotación del inventario por zona e integra herramientas como ChatGPT para generar descripciones más precisas y humanizadas.

Según datos de la empresa, la IA permitió reducir un 30% el tiempo promedio de publicación o venta de propiedades, bajar un 50% el tiempo de respuesta al cliente y aumentar un 80% el engagement de los avisos.

“Hoy el 100% de nuestras oficinas emplea herramientas de inteligencia artificial en su operación diaria y más de 300 agentes están formados en su uso. La IA nos permite trabajar con datos reales y actualizados, acelerando la toma de decisiones y mejorando la calidad del servicio”, señala Ariel Champanier, CEO de RE/MAX Premium.

El impacto también llega al consumidor: las tasaciones pueden emitirse en menos de 24 horas, frente a los tres días promedio anteriores, y relevamientos muestran que el 70% de los compradores percibe las descripciones automatizadas como más claras y útiles.

El impacto económico local también es relevante. Champanier señala que la automatización y la reducción de tareas repetitivas tienden a bajar costos operativos y minimizar riesgos en las decisiones de inversión. “Con más datos y análisis predictivo, los errores se reducen. Y a medida que las herramientas se perfeccionan, el costo de acceso también baja, volviendo la tecnología más accesible para el sector”, detalla.

El desafío, coinciden los expertos, está en equilibrar tecnología y factor humano. La IA no reemplaza al agente inmobiliario, sino que amplifica sus capacidades. En palabras de Champanier: “La inteligencia artificial potencia el análisis y la eficiencia, pero el criterio y la empatía siguen siendo insustituibles”.

El análisis de datos de mercado es una de las aplicaciones más extendidas. Los sistemas de IA procesan información sobre cantidad de inmuebles disponibles, operaciones cerradas y evolución de precios por zona, permitiendo a las empresas detectar tendencias emergentes y ajustar estrategias con mayor precisión.

Otro frente en expansión es la automatización de tasaciones, donde el cruce de variables como ubicación, tipología, superficie y estado del inmueble permite obtener informes comparativos casi instantáneos.

Otro informe de Morgan Stanley estima que hasta un 37% de las tareas inmobiliarias podrían automatizarse de aquí a 2030, generando eficiencias operativas por más de US$ 34 mil millones. A nivel global, el mercado de inteligencia artificial aplicada al real estate superará los US$ 1.500 millones para 2028, con un crecimiento anual del 13,5%, según la consultora Mordor Intelligence.