La interna en el Gobierno no cesa y lo que pasó con el dólar soja fue una muestra de ello.
Por Laura Luz Ojeda.
El día en el que fue ratificado por otro período de 6 años como presidente del Banco Central de la República Argentina, Miguel Ángel Pesce, sacó una resolución que generó malestar con el campo, ese socio al que necesita pero que se lo castiga cada vez que se puede.
La medida fijó la prohibición del acceder al mercado de cambios y a los dólares financieros a los que liquidaron dólar soja a partir del Programa de Incremento Exportador.
Este programa fue lanzado por el ministro de Economía, Sergio Massa, el domingo 4 de septiembre el día previo que el titular de la cartera de Hacienda viajara a Washington para negociar el visto bueno del staff técnico del FMI para la revisión del segundo trimestre. Aprobación que finalmente salió ayer y pudo exhibir como logro el presidente de la Nación, Alberto Fernández, ayer en su paso por Nueva York donde asistió para participar de la ONU.
Con esta medida, Massa consiguió que el mercado de cambios se calmara y se alimentara con dólares frescos. Hasta el viernes pasado fueron 4.000 millones de dólares, el 80% de la meta planteada por Economía.
Economía buscó por esta vía que Argentina se pudiera acercar a uno de los objetivos del acuerdo con el Fondo, la posibilidad de incrementar las reservas internacionales. Un punto que el FMI alertó que se había quedado corto en esta revisión.
La decisión de Pesce, alteró la buena relación que Massa logró con los agroexportadores, especialmente las cerealeras. ¿A propósito?
Las chispas entre el ministro de Economía y el titular del Banco Central son expuestas más allá de las fotos de rigor que se sacan para la difusión. Las restricciones impuestas por el Central son la muestra cabal de una tensión que no cesa y que se avivó con la confirmación de Pesce en el cargo.
El manejo de las tasas de interés es otro punto de conflicto.
¿Cuál será el próximo? Seguramente se sabrá a la brevedad.