La compañía da marcha atrás y suspende un desembolso de 300 millones de dólares destinados a reconvertir parte de su negocio trayendo a Argentina productos alternativos al cigarrillo convencional basados en la ciencia y comercializados en más de 70 mercados.
El Ministerio de Salud de la Nación publicó una decisión administrativa (Resolución 565/2023) que prohíbe la comercialización de productos de tabaco calentado y dispositivos que calientan dichos productos de tabaco. A partir de esta decisión tomada de manera sorpresiva, Massalin Particulares, una de las principales tabacaleras a nivel local, decidió suspender un proyecto de inversión de 300 millones de dólares.
El proyecto incluía una ampliación en su planta en Merlo, Provincia de Buenos Aires, para poder producir estas alternativas, que además hubiese dado la posibilidad de realizar exportaciones por más de 100 millones de dólares anuales.
Más allá del impacto en el proyecto de inversión, la decisión coarta la posibilidad de brindarles a los 7 millones de fumadores adultos que hay en el país alternativas diferentes al cigarrillo convencional, basadas en la ciencia y autorizadas por diferentes agencias y autoridades sanitarias alrededor del mundo. Se trata de una resolución que aísla a Argentina de los avances que hay en el mundo en este sector.
Los productos de tabaco calentado y sus dispositivos para calentarlos representan una alternativa para las más de 1000 millones de personas adultas que fuman alrededor del mundo. Gracias a la inversión, innovación y desarrollo de tecnología, estos dispositivos permiten calentar el tabaco en lugar de quemarlo y de esta manera eliminar la combustión, que es el principal problema relacionado con el acto de fumar.
Philip Morris International -la afiliada de una de las compañías más importantes del sector tabacalero local, Massalin Particulares- es una de las compañías que comercializan este tipo de alternativas alrededor del mundo. IQOS, el dispositivo calentamiento de producto de tabaco calentado que comercializan las afiliadas del grupo Philip Morris International ya está presente en 73 mercados y cuenta con más de 24 millones de usuarios alrededor del mundo.
Desde la compañía aseguran que “la decisión del Ministerio de Salud va en detrimento de la inversión, la ciencia y la tecnología. Argentina tenía la posibilidad de ser considerada para una inversión de más de 300 millones de dólares, y crear cientos de puestos de trabajo registrado, en blanco y de calidad. Sin embargo, este tipo de iniciativas aisladas y no fundamentadas en la ciencia y los datos continúan deteriorando tanto la inversión genuina privada y directa como la posición estratégica de Argentina como plaza para hacer negocios”.
Regulaciones diferenciadas en USA, Europa y Latinoamérica: Argentina, la excepción
A lo largo y ancho del mundo, hoy las alternativas que calientan tabaco en lugar de quemarlo son una tendencia y se están regulando acordemente y no prohibiéndose como en Argentina. Este tipo de decisiones aíslan a la sociedad argentina de la tecnología y los desarrollos disponibles en otros mercados.
En Estados Unidos una de las entidades más reconocidas a nivel global, la FDA, autorizó en 2019 la comercialización en Estados Unidos de uno de los dispositivos que se comercializan en más de 70 mercados a nivel global: IQOS de Philip Morris International. Reforzando esta decisión, en 2020 la misma agencia permitió que se comercialice IQOS como un producto de riesgo modificado con las leyendas: “Conforme la evidencia disponibles hasta la fecha: El sistema IQOS calienta el tabaco pero no lo quema”, “Esto reduce significativamente la producción de componentes químicos nocivos y potencialmente nocivos”, y “Los estudios científicos han demostrado que cambiar completamente de cigarrillos convencionales al sistema IQOS reduce la exposición de su cuerpo a químicos dañinos o potencialmente dañinos”.
Otro ejemplo es el caso de Reino Unido, en el que la Agencia de salud del país concluyó que: “En comparación con los cigarrillos, los productos de tabaco calentado tienen el potencial de exponer a los usuarios a menores niveles de químicos nocivos y potencialmente nocivos”.
En Latinoamérica está el caso de Uruguay, donde hace algunos meses mediante el Decreto No. 87/021 reconoció el carácter diferencial de los productos de tabaco calentado y los enmarcó dentro de la normativa de tabaco vigente. La norma indica que “existen dispositivos electrónicos para la administración de nicotina que emplean una tecnología mediante la cual se calienta tabaco seco, respecto de los que existen datos científicos que indican que los mismos resultan en una menor exposición de los usuarios a las sustancias tóxicas asociadas al consumo tradicional de tabaco”.