Las altas temperaturas “cocinaron” al cereal; se perdieron 81.000 hectáreas.
Pese a las lluvias que recibieron las zonas núcleo, se perdió el 7% del cultivo del maíz tardío. Además, el 40 % del cultivo está de regular a malo.
Según afirman los técnicos, estas lluvias eran la posibilidad de sobrevivir. “El combo de sequía y altas temperaturas fue fulminante para muchos lotes que estaban en malas condiciones”, expresaron.
No obstante, la Bolsa de Comercio de Rosario explicó que «el 90% de los lotes están panojando y lo están haciendo en forma despareja y manifestando un fuerte estrés hídrico. Con los pocos milímetros que cayeron esta semana, no hay forma de paliar las altas temperaturas que estamos teniendo”.
“Hasta la semana pasada esperábamos 100 qq/ha para los maíces tardíos sembrados a fin de noviembre. Estaban hermosos. Pero tras cuatro días seguidos con temperaturas superiores a los 40 °C, con una humedad relativa del 20 % y en floración, ahora esperamos una caída en los rindes que puede ser del 50 %”, destacó el técnico a la BCR.
Por su par6te, la soja también fue afectada por las altas temperaturas lo que dejó como resultado que el 60 % de los cuadros están de regulares a malos.
“El panorama es muy preocupante. En los alrededores de Rosario señalan que las lluvias solo servirán para reducir la caída del rendimiento, difícilmente puedan recuperar la carga de frutos”, destacó el equipo técnico de la BCR.
Al mismo tiempo, en Arroyo Dulce, se observó el aborto de vainas producto de las altas temperaturas. En Cañada de Gómez, todos los cuadros están atravesados por la sequía y las altas temperaturas de la semana pasada con el consecuente efecto sobre el desarrollo.
“El estado de los cuadros puede ser muy diferente en dos lotes contiguos. En lotes de buena aptitud, con distanciamientos de 35 y 38 centímetros, donde el cultivo pudo cerrar el entresurco, también habrá problemas de cuajado en los nudos superiores y aborto de chauchas”, concluyó el informe.