La obsesión de Tombolini por los precios se remonta a su campaña en el 2017. Hoy lo llevó a sellar un insólito acuerdo con el gremio de camioneros.
Sin duda uno de los desafíos de este año es controlar que la inflación cierre lo más cerca posible del 60% estipulado en el Presupuesto Nacional. Con distintos artilugios las pautas del acuerdo con el FMI se vienen cumpliendo, pero el tema inflacionario y el cambiario son los dos objetivos donde poner la mira.
Un corset alrededor de los precios logró ubicarse por debajo del 5% en noviembre pero en diciembre retomó el sendero alcista.
Si la estrategia no se sostiene con una sincera aceptación de las partes, los acuerdos penden de un hilo y sólo requieren de una mínima señal para estallar.
La decisión del secretario de Comercio Matías Tombolini, de solicitar la ayuda del gremio de camioneros para avanzar en los controles de precios no hizo más que prender la llama de un fuego que puede devorar las buenas intenciones.
Las críticas políticas y empresariales no tardaron en llegar y se sostienen. Habrá que ver si Tombolini insiste con su decisión o retrocede en ojotas. Las presiones llegan desde su propio entorno y es sólo cuestión de esperar a ver qué hace el político que en 2017 le apuntó al precio de la carne con un spot de una tira de asado como un collar lujoso y al valor del aceite de girasol también como si se tratase de un producto suntuoso.
La creatividad se convirtió en obsesión y parece que todo vale, aún mecanismos por fuera de las normas.
Por Laura Luz Ojeda.